Ayacucho necesita garantizar un escenario de calma e incentivar la inversión pública y privada

Economista explicó que para lograr reactivación económica gobiernos locales deben agilizar ejecución de obras y se deben brindar incentivos para atraer a empresas privadas.
Hakira Layme, economista habla sobre impacto del conflicto

REDACCIÓN I PORTAL AYACUCHO

La economista de la Universidad de San Cristóbal de Huamanga (UNSCH) Hakira Layme Bonifacio señaló que Ayacucho necesita garantizar un escenario de calma e incentivar la inversión pública y privada para lograr una reactivación económica tras los perjuicios que ha originado los más recientes paros y movilizaciones en la región.

Respecto a la inversión pública, la economista mencionó que al ser Ayacucho una de las regiones más afectadas con el conflicto social y político del país, tendría la oportunidad de ser beneficiarias de importantes transferencias de presupuesto de parte del gobierno nacional.

“Las regiones donde hubo víctimas del conflicto social están siendo beneficiarios de presupuesto de ciertos incentivos en infraestructura y eso va a ser muy importante para que los gobiernos locales empiecen con la construcción y se generen empleos de inmediato, esto va dirigido sobre todo a jóvenes y sectores vulnerables”, dijo.

Aunque admitió que muchas de las nuevas autoridades ya tienen experiencia previa para agilizar la ejecución de obras y presupuesto, Layme Bonifacio señaló que preocupa que algunos de ellos tengan antecedentes de problemas de corrupción, lo cual podría devenir en uno inadecuado uso de los recursos públicos.

Mientras que, sobre la inversión privada, la economista indicó que el gobierno nacional debe brindar un escenario más calmado e incentivos financieros y de tributación para lograr atraer la inversión privada, que a su vez también contribuya con reactivar la economía regional y generar puestos de trabajo.

A propósito de la inversión privada, indicó que los ingresos por canon minero y regalías del que disponen los gobiernos locales podrían amortiguar en algo el golpe económico que ha sufrido la región, puesto que la actividad minera y sus exportaciones no han sido tan afectadas como el turismo y comercio.

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