AGENCIAS I DIARIO EL PERUANO
Hablar de la ciudad de Huamanga es hablar de una de las historias más ricas entre las urbes fundadas por los españoles en el Perú colonial. Es recordar la llegada en 1540 de Francisco de Cárdenas con apenas 20 españoles, que implantan una traza urbana a imagen y semejanza a la habitual en su país.
La ciudad empieza a crecer rápidamente debido a que muchos chapetones permanecen en estas tierras cálidas y no se dirigen a las minas de Huancavelica. Al contrario, deciden fundar barrios y parroquias para el control de los indios, como es el caso de las parroquias de Hanan Parroquia (Santa Ana) y Uray Parroquia (Magdalena), además de la construcción de la catedral, levantada exclusivamente para los europeos.
Nace Huamanga
La construcción de las casonas es un tema aparte. Su propósito era albergar a familias distinguidas y de condición económica empoderada, fueron erigidas a partir de toba volcánica con acabados finos y de gran belleza.
Así lo notaba Pedro Cieza de León, quien en sus crónicas mencionaba que Huamanga tenía las mejores y más altas casas del nuevo reino español.
A estas tierras se fueron sumando además diversas órdenes religiosas como los mercenarios (1540), los dominicos (1548), los franciscanos (1552) y los jesuitas (1605). También se levantaron dos monasterios importantes como Santa Clara, fundada por el encomendero Antonio de Oré; y Santa Teresa por Amador de Cabrera, respectivamente. Cuentan las crónicas que las mujeres que no lograban casarse ingresaban a estos recintos.
A medida que la ciudad crecía, el problema del abastecimiento de agua era un reto para las nuevas familias que vivían en las grandes casonas, para los conventos, para las chacras.
Debido a ello, comienzan a construir canales como puente Pérez, Sotoqchaka y piletas para el transbordo del líquido como Soquiacato, la de la plaza Mayor, en la Compañía de Jesús, la de la plazoleta del templo de San Francisco de Paula, Santo Domingo, La Merced, Santa Clara, entre otras.
Logística
El abastecimiento de los productos también fue importante para la llaqta –ciudad en quechua–, por lo que este se establece en la plaza Mayor, desde su fundación hasta fines del siglo XIX.
Asimismo, se van constituyendo los barrios tradicionales donde habría algunos cambios en las actividades, pero se siguen manteniendo algunas costumbres. Se fundan los barrios de Carmenqa, donde habitaban los famosos arrieros; el de San Juan, donde se organizaban ferias dominicales; Santa Ana donde se producía frazadas y alfombras,
También nacen Tenería y San Sebastián, donde se producían curtiembres de cuero; el barrio de Soqiaqato, donde se confeccionaban sombreros; el barrio de Calvario, donde se realizaba el trabajo en piedra; y el barrio de Qonchopata, zona de comerciantes que se dedicaban a los productos de la selva como así, coca y café. (Nils Sulca, catedrático de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga.