“Plasmo escenas de la vida en Sarhua como la chacra, la cocina y las costumbres comunales, pero también he empezado a pintar danzas y paisajes de todo Ayacucho”, sostuvo Beto Pomacanchari Berrocal es un joven artista ayacuchano que ha logrado internacionalizar el arte tradicional de las Tablas Pintadas de Sarhua, declaradas Patrimonio Cultural de la Nación. Desde los 12 años, continúa con la herencia de su abuelo y su padre, siendo la tercera generación dedicada a este arte. Sus trabajos capturan en cada trazo las vivencias andinas, incluyendo íconos regionales como la danza de tijeras y atractivos turísticos como las aguas turquesas de Millpu.
Gracias a la calidad y el valor cultural de sus piezas, Beto ha logrado exportar su obra a Francia, donde ya ha enviado alrededor de 60 tablas por año. Aunque la mayor parte de sus ventas aún se concentra en Lima y Cusco, su proyección internacional va en aumento. “Cada tabla cuenta una historia. Hay quienes, desde el extranjero, buscan llevarse un pedazo de la cultura ayacuchana, algo auténtico”, explicó.
La producción anual de su taller alcanza las 500 piezas, variando según el tamaño y complejidad del trabajo. Las tablas grandes requieren más tiempo, mientras que las pequeñas permiten una producción más ágil, sin perder detalle ni simbolismo.
Pomacanchari se propone ampliar sus canales de distribución internacional y seguir posicionando el arte sarhuino como símbolo de identidad y creatividad peruana. “A través del arte también se puede hacer turismo y promoción cultural. Cada tabla invita a conocer Ayacucho”, destacó.
Quienes deseen adquirir sus creaciones pueden comunicarse al 966 174 257 o buscarlo en redes sociales como Sarhua pueblo con encanto. Desde su taller, sigue llevando la historia, los paisajes y la esencia de su tierra a nuevos destinos alrededor del mundo.