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Cachi II: el agua que despierta a Ayacucho [ENTREVISTA]

Auberto Morote, presidente de la Federación Agraria de Ayacucho (FADA), y el Dr. Alexi Avilez. plantean acciones para garantizar el agua para Ayacucho.

Auberto Morote, presidente de la Federación Agraria de Ayacucho (FADA), y el Dr. Alexi Avilez. plantean acciones para garantizar el agua para Ayacucho.
Auberto Morote, presidente de la Federación Agraria de Ayacucho (FADA), y el Dr. Alexi Avilez. plantean acciones para garantizar el agua para Ayacucho.

El próximo sábado 4 de octubre de 2025, Ayacucho será escenario de una cita histórica. La Comisión Agraria del Congreso de la República sesionará en esta tierra para evaluar la aprobación del Proyecto Cachi II, una obra destinada a irrigar 27 741 hectáreas, garantizar agua potable para 50 mil habitantes de Huamanga y transformar la vida de más de 110 mil familias rurales.

En esta entrevista exclusiva, conversamos con Auberto Morote, presidente de la Federación Agraria de Ayacucho (FADA), y el Dr. Alexi Avilez. Las respuestas entrelazan cifras, filosofía y poesía, convocando al pueblo a ser parte de un momento decisivo.

Don Auberto Morote, ¿qué significa que la Comisión Agraria llegue a Ayacucho este 4 de octubre? Significa que más de 160 mil ayacuchanos tienen la oportunidad de ser escuchados. Esta sesión no nace en Lima, nace en la Casa del Campesino el 4 de septiembre, cuando FADA decidió convocar al pueblo. Ese día los campesinos dijeron: “sin agua no hay futuro”. Hoy esa voz obligó al Congreso a sentarse en Ayacucho.

Doctor Alexi Avilez, ¿cómo interpreta usted este momento? Según la Autoridad Nacional del Agua, entre 2020 y 2050 la población urbana de Ayacucho crecerá 46%, mientras la rural caerá 14%. Eso es migración forzada por la sed. Como diría Hans Jonas, tenemos la responsabilidad hacia quienes aún no han nacido. El Cachi II es ese acto de responsabilidad intergeneracional.

Presidente Morote, ¿qué pasó en la asamblea del 4 de septiembre? Ese día, en la Casa del Campesino, acordamos que el agua sería la única doctrina. Decidimos exigir al Congreso la sesión descentralizada. Ese fue el punto de partida.

Doctor Alexi, ¿qué significado tiene esa reunión? Como dijo Arguedas, los ríos son voces de los pueblos. Ese día, autoridades regionales, académicas, agrarias, campesinas y sociales de la región se unieron en una sola voz. Boelens señala que la gestión del agua en los Andes debe ser intercultural. Ese 4 de septiembre fue justamente eso: la ciudad y el campo tejiendo juntos un sueño hídrico.

Presidente Morote, ¿cómo describiría la situación actual del agua en Ayacucho? Crítica. De las 13 785 hectáreas planificadas en 1987, solo 7 050 se irrigaron. Miles de familias siguen esperando. Hoy más del 70% de agricultores dependen solo de la lluvia.

Señor Alexi, ¿qué significa esa deuda del Cachi I? Es un déficit estructural. Como diría Eduardo Galeano, la espera de los pobres es infinita. Treinta y ocho años después, aún hay 6 735 hectáreas en silencio. Neruda decía: el agua tiene voz. Esa voz lleva cuatro décadas reclamando justicia.

Presidente Morote, ¿qué beneficios traerá Cachi II al campo? Riego para 27 741 hectáreas, más de 62 mil empleos permanentes y la posibilidad de duplicar la producción de papa, quinua y maíz. Hoy producimos menos del 50% del potencial agrícola de Ayacucho. Con Cachi II, lo alcanzaremos.

Señor Alexi, ¿qué impacto tendrá en la ciudad? Huamanga crecerá en población. Hoy tiene 250 mil habitantes, y en 2050 tendrá cerca de 400 mil. Cachi II asegura agua potable a 50 mil personas durante medio siglo. Hipócrates decía: el agua es la primera medicina. Aquí será también la primera garantía de salud pública.

Presidente Morote, ¿qué pasará si no se aprueba el proyecto? Continuará la migración. Cada año más de 5 mil jóvenes dejan Ayacucho rumbo a Lima. Sin agua no hay trabajo, y sin trabajo no hay arraigo.

Señor Alexi, ¿cómo responde a quienes dicen que esto es política partidaria? Deng Xiaoping lo resumió: no importa el color del gato, lo que importa es que cace ratones. Aquí no importa el partido, importa que el agua llegue. Cachi II no es ideología, es política pública frente a un problema concreto: la escasez.

Presidente Morote, ¿qué espera del Congreso en la sesión del 4 de octubre? Espero unanimidad. El agua no admite tibiezas. Votar en contra sería negarle vida a 110 mil campesinos y agua potable a 50 mil huamanguinos.

Señor Alexi, ¿qué significa unanimidad en este contexto? John Rawls decía que la justicia es dar más a quien menos tiene. La unanimidad será justicia hídrica. Significará que el Congreso reconoce que el agua es un derecho, no un privilegio.

Presidente Morote, ¿cómo cambiará la vida de las mujeres campesinas con Cachi II? Hoy muchas caminan 2 a 3 horas diarias cargando cántaros. Con Cachi II, el agua llegará a sus hogares. No cargarán peso, cargarán esperanza.

Señor Alexi, ¿qué significa eso desde la filosofía? Simone de Beauvoir decía que la mujer sostiene la vida cotidiana. Cachi II liberará a miles de mujeres del yugo de la escasez. Les dará tiempo para educar, producir y soñar.

Presidente Morote, ¿qué mensaje le da a los jóvenes? Que este 4 de octubre marchen a las plazas. Son ellos quienes heredarán el agua o la sequía.

Señor Alexi, ¿qué enseñanza deja este momento a la juventud? Paulo Freire decía: la esperanza no es esperar, es construir. Los jóvenes deben construir un Ayacucho con agua, no migrar a ciudades ajenas.

Presidente Morote, ¿qué piensa del rol de la congresista Jeny López? Ha demostrado que el agua está por encima de partidos. Ella, aunque no es ayacuchana, ha abrazado la causa como propia.

Señor Alexi, ¿cómo interpreta usted su respaldo? Repito a Deng Xiaoping: no importa el color del gato. El agua convoca a todos. La única doctrina aquí no es política: es el agua.

Presidente Morote, ¿qué espera de la población el 4 de octubre? Que salgan miles. Que los niños, jóvenes y adultos llenen las calles de Huamanga. Porque el agua beneficiará a todos: al campo y a la ciudad.

Señor Alexi, ¿cómo lo resumiría? Octavio Paz escribió: el agua une lo que la tierra separa. Este sábado, el agua debe unirnos a todos en las plazas. Campo y ciudad deben marchar como un solo río humano.

Presidente Morote, Cachi II promete generar 25 mil empleos en la construcción. ¿Qué significa para el campesinado? Significa pan inmediato. Son 25 mil familias que podrán vivir del trabajo digno mientras la obra se construye. No hablamos de subsidios, hablamos de empleo real que quedará en la región y no en las capitales.

Señor Alexi, ¿qué representa esa cifra desde una visión más amplia? Aristóteles decía que la política debe procurar la vida buena. Esos 25 mil empleos no son solo jornales: son dignidad, son arraigo. Y los 62 mil empleos permanentes posteriores significan que Ayacucho dejará de exportar jóvenes y empezará a exportar alimentos.

Presidente Morote, ¿cómo imagina la producción agrícola con 27 741 hectáreas irrigadas? Imagine que hoy Ayacucho produce apenas el 40% de su capacidad agrícola. Con Cachi II podremos duplicar la producción de papa, triplicar la de quinua y garantizar maíz para todo el sur. No es un sueño: es una ecuación con agua.

Señor Alexi, ¿qué significa ese salto productivo? Francis Bacon decía que la riqueza de una nación está en su suelo cultivado. Hoy, Ayacucho vive en sequía económica porque su suelo está seco. Cachi II convertirá cada gota en alimento, cada canal en una cadena de valor agroindustrial.

Presidente Morote, ¿qué relación ve entre escasez de agua y migración? Directa. La ANA señala que Ayacucho perderá 14% de su población rural en los próximos 25 años. Cada migrante es un campesino que abandona su chacra por falta de agua. Con Cachi II, frenaremos ese éxodo silencioso.

Señor Alexi, ¿cómo interpreta usted ese fenómeno? Zygmunt Bauman hablaba de vidas líquidas. Nuestros jóvenes se disuelven en Lima porque aquí no tienen agua. Con Cachi II, el agua será la argamasa que los arraigue, que les dé razones para quedarse y construir aquí.

Presidente Morote, ¿qué mensaje daría a quienes esperaron desde 1987 el cumplimiento del Cachi I? Les digo que Cachi II es justicia atrasada. No podemos repetir la historia de promesas rotas. Esta vez, el agua llegará a cada hectárea, no a medias.

Señor Alexi, ¿cómo lo ve en términos históricos? Walter Benjamin afirmaba que cada generación tiene una cita secreta con el pasado. Hoy estamos frente a esa cita: reparar el fracaso del Cachi I. No cumplirla sería traicionar a nuestros abuelos y a nuestros nietos.

Presidente Morote, ¿qué significa asegurar agua potable para 50 mil huamanguinos durante 50 años? Significa medio siglo de certeza. Hoy hay barrios donde el agua llega apenas dos veces por semana. Con Cachi II, 50 mil personas tendrán seguridad diaria, sin cisternas ni colas.

Señor Alexi, ¿qué representa eso en clave ética? Hans Jonas habló del principio de responsabilidad. Asegurar agua medio siglo es garantizar que nuestros nietos no tengan sed. Es un acto de ética intergeneracional, donde el agua se vuelve herencia y no carencia.

Presidente Morote, algunos aún dudan del proyecto. ¿Qué les diría? Que miren la tierra seca, que cuenten las chacras abandonadas y los jóvenes que migran. No es un lujo, es una urgencia.

Señor Alexi, ¿cómo responde a los escépticos? Heráclito decía: nadie se baña dos veces en el mismo río. Esta es nuestra oportunidad única. Si no aprobamos Cachi II ahora, perderemos una generación entera.

Presidente Morote, ¿cómo entiende la unión entre campo y ciudad frente a Cachi II? Indispensable. El agua no distingue: regará la chacra del campesino y llenará el caño del citadino. Este proyecto es de todos.

Señor Alexi, ¿qué reflexión hace sobre esa unidad? Octavio Paz escribió que el agua une lo que la tierra separa. Cachi II es el puente entre chacra y caño, entre el campesino de Vinchos y el estudiante de Huamanga.

Presidente Morote, ¿qué papel deben jugar los jóvenes universitarios y escolares? El más grande: llenar las calles, marchar, aprender que el agua es más importante que cualquier bandera política. El futuro es suyo.

Señor Alexi, ¿qué enseñanza deja a la juventud? Sócrates decía que la verdadera educación es aprender a vivir. Y en Ayacucho, vivir es cuidar y defender el agua. La juventud debe ser guardiana del río, no testigo de su sequía, debe movilizarse.

Presidente Morote, ¿qué rol cumplen los líderes comunales en este proceso? Son columna vertebral. Ellos mantienen la llama viva en las comunidades. Si ellos marchan, todo Ayacucho marcha.

Señor Alexi, ¿cómo lo interpreta usted? Gramsci decía que todo hombre es intelectual en su comunidad. Nuestros líderes comunales son los filósofos del agua, los que traducen la necesidad en acción colectiva.

Presidente Morote, ¿cómo quiere que se recuerde el 4 de octubre de 2025? Como el día en que Ayacucho dejó de ser tierra de sequía y comenzó a ser tierra de agua. Como el día en que el pueblo dijo: “el agua no se mendiga, se conquista”.

Doctor Avilez, ¿cómo lo resumiría usted? Con Tagore: el agua que fluye canta. Cachi II es la canción que Ayacucho esperó por casi cuatro décadas. Este sábado debe sonar en las plazas de Huamanga, con miles de voces marchando como un solo río humano.

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