Emprendimiento innova con Charquicanka de cuatro carnes y lleva sabores andinos a todo el país

“El charquicanka puede reemplazar los snacks tradicionales por algo más nutritivo”, señaló Imasumac Apolaya Carrasco, fundadora de “El descanso del Guerrero”, emprendimiento que revalora y moderniza un alimento ancestral. Desde Cancapampa de Huancavelica, se apuesta por innovar en sabores y presentación, incorporando especias naturales como ajo en polvo, romero y pimienta.

En solo cuatro meses de funcionamiento, el negocio ya realiza envíos a nivel regional y nacional. La propuesta rescata la técnica tradicional de deshidratado con una mezcla de carnes poco comunes.

Este emprendimiento ha tenido gran acogida por su sabor y autenticidad, lo que ha motivado el interés de clientes en distintas regiones del país. La meta para este año es abrir una nueva sede en la ciudad de Huanta, donde ya han recibido solicitudes. Además de la carne de cabra, que es criada en el mismo poblado, utilizan res y chancho provenientes del mercado de Huanta, y carne de alpaca traída desde Paucará, Huancavelica.

El charquicanka es presentado como un snack andino, ideal para viajes, meriendas o ferias gastronómicas. La innovación también radica en ofrecer una alternativa local frente a productos ultraprocesados. “Estamos reemplazando papas fritas por un alimento nutritivo y cultural”, resaltó Apolaya.

El emprendimiento es familiar gestionado por Imasumac junto a su madre, su padre y su hermano, quienes participan en la preparación, empaque y comercialización. Los productos son elaborados de forma artesanal y respetan las prácticas ancestrales de conservación.

Las redes sociales se han convertido en su principal canal de difusión, desde donde reciben pedidos y realizan promociones. Actualmente, están disponibles en ferias regionales y por pedidos anticipados a través del número 955 029 318. Este emprendimiento busca consolidarse como un referente de innovación rural, combinando tradición, sabor y sostenibilidad. “Queremos que el Perú conozca el valor de nuestro charquicanka”, concluyó Apolaya.