“La inestabilidad política hace que un país sea inseguro, y eso lo pagamos todos los peruanos”, expresó, Richard Prado Ramos, contador público, quien señaló que cada cambio de autoridad implica nuevos funcionarios, prioridades, retrasos administrativos y genera serias consecuencias para los ciudadanos, especialmente para quienes trabajan como proveedores del Estado. Además, subrayó que no hay una línea de continuidad en los proyectos públicos, ya que cada gestión impone nuevas prioridades, muchas veces sin evaluación técnica previa.
Desde su experiencia, los constantes cambios en el poder paralizan proyectos y afectan la economía nacional, mientras los gobiernos priorizan intereses personales. “Lo único que necesita el pueblo en estos momentos es tranquilidad, paz y trabajo”, enfatizó al cuestionar que el Ejecutivo se distancie de los medios y no tenga un plan claro. Para Prado, si no se fortalecen los partidos y no se construyen consensos, el país continuará fragmentado y estancado. Consideró que la presidenta Dina Boluarte y su equipo deben abrir puentes de diálogo reales con la población, medios de comunicación y actores sociales para construir confianza.
Indicó que la inestabilidad genera desconfianza y espanta la inversión privada, lo cual impide generar empleo formal y mayor recaudación para el Estado. “Las inversiones se ahuyentan, y cuando se van las inversiones, no hay trabajo”, aseguró, al precisar que el Perú aún no cuenta con las condiciones técnicas, humanas ni tecnológicas para impulsar grandes proyectos sin alianzas estratégicas. Destacó que el país necesita capitales extranjeros que inyecten recursos en proyectos de transformación agroindustrial, minera o pesquera. “No se trata de entregarse a las grandes corporaciones, sino de construir asociaciones estratégicas que beneficien a la población”, concluyó.