Irma Taype Carbajal, responsable de la Mesa Temática Mujer de la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza en Ayacucho, advirtió que las mujeres rurales son las más excluidas del desarrollo. “Sabemos que en Ayacucho más del 60% de la población es rural, pero las políticas públicas no están dirigidas hacia ellas”, señaló, destacando que muchas comunidades altoandinas carecen de médicos, educación secundaria y servicios básicos.
Estas limitaciones afectan directamente el bienestar y la autonomía de las mujeres, quienes sostienen la soberanía alimentaria familiar. “La discriminación y la vulneración de derechos de las niñas empiezan desde la casa, donde aún hay una cultura machista que las relega”, afirmó Taype, explicando que esta desigualdad se traduce en embarazos tempranos y perpetúa el ciclo de pobreza y violencia en las zonas rurales.
Ante ello, la representante insistió en la urgencia de políticas con enfoque territorial y presupuestos específicos para el desarrollo femenino rural. “Pedimos que se descentralicen los programas de emprendimiento y se priorice a la mujer agricultora, porque son ellas quienes cultivan alimentos saludables sin químicos”, subrayó Taype, recordando que la Organización de las Naciones Unidas ha declarado el próximo año como el Año Internacional de las Mujeres Agricultoras.


