REDACCIÓN I AGENCIA
La inversión en proyectos mineros representa una proporción importante de la inversión privada, mientras que el canon y las regalías mineras provenientes de las empresas mineras son una importante fuente de ingresos para los gobiernos regionales y locales.
No obstante, muchos proyectos mineros se han visto involucrados en conflictos sociales con comunidades aledañas, poniendo en riesgo su viabilidad. Según un análisis del Instituto Peruano de Economía (IPE), en el 2022, Cajamarca fue la segunda región con mayor producción de oro en el país (21% del total nacional).
Durante el año pasado, la producción de oro en Cajamarca ascendió alrededor de 20 mil kilogramos finos. Y de acuerdo con la cartera de proyectos publicados por el Ministerio de Energía y Minas a inicios del 2023, la inversión pendiente en Cajamarca asciende a US$ 18 mil millones, entre los que se encuentran dos proyectos de Newmont, Yanacocha Sulfuros y Conga, por US$ 7,300 millones. Además, destaca el proyecto Michiquillay de Southern Perú, con US$ 2,500 millones de inversión presupuestados. Para que los proyectos de extracción de minerales puedan traducirse en bienestar para la población de la región, los recursos obtenidos del canon deben ser gestionados adecuadamente.
En el 2022, los gobiernos locales de Cajamarca recibieron S/590 millones, de los cuales invirtieron el 73.9%. El Gobierno Regional, sin embargo, ejecutó solo el 45.4% de los S/583 millones que recibió. Las nuevas autoridades subnacionales de la región deben tener como prioridad la continuidad de los proyectos mineros y la gestión eficiente de los recursos de canon para mejorar el nivel de vida de la población.