El espíritu resiliente de los peruanos y del sector empresarial generó que el turismo y hotelería recaude, a mayo de 2023, más de S/ 795 millones en tributos, según Comex. A pesar de que las regiones más afectadas intentan salir adelante, un sector radical convocó a una nueva protesta para el 19 de julio. A puertas de este nuevo llamado al caos, un informe de la Asociación de Contribuyentes reveló la necesidad de fomentar y proteger al turismo, pues el sector no había recuperado sus niveles prepandemia cuando azotaron las manifestaciones del año pasado.
Después de una caída del 80% en 2020, el flujo de turistas internacionales aún no se estabilizó y, según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), en 2022 solo llegaron 2 millones de turistas extranjeros, una cifra significativamente inferior a los niveles anteriores a la pandemia. Además, las divisas recibidas por el Perú en el primer trimestre del 2023 disminuyeron 23% respecto al 2019.
Cabe recordar que las manifestaciones también generaron alertas por parte de varios países, desalentando a los turistas a viajar a nuestro país. Estados Unidos, México y Argentina han emitido estas advertencias. Estas alertas impactaron negativamente el turismo, ya que importantes atracciones turísticas como Machu Picchu y Ollantaytambo tuvieron que cerrar debido a las manifestaciones, lo que llevó a una contracción de la demanda. En Cusco, que es principal destino turístico, el 90% de las reservas turísticas hasta fines de marzo se cancelaron. Según informes, las reservas de turismo receptivo para destinos como Puno, Arequipa, Ica y Piura también han sido canceladas.
En enero de 2023, el ministro de Comercio Exterior y Turismo, Luis Fernando Helguero, pronosticó un crecimiento del 26% en el turismo internacional en Perú, estimando la llegada de alrededor de 2.5 millones de turistas. Sin embargo, las manifestaciones posteriores exigiendo adelanto de elecciones y la renuncia de Dina Boluarte han tenido un impacto significativo en el sector.
Es evidente que una nueva ola de protestas generaría millones de soles en pérdidas y pondría en riesgo miles de puestos de Trabajo. En esa línea, no debemos permitir que se interrumpa el proceso de reactivación del sector turístico, por las marchas violentas que pretenden organizar grupos radicales, que solo traerían consecuencias graves para sus regiones. Recordemos que son las actividades productivas las que mueven la economía departamental. Si estas son afectadas por actos vandálicos provocados por manifestantes violentos, será imposible que regiones del interior de nuestro país puedan recuperarse a nivel social y económico.