
REDACCIÓN I AGENCIA
En los últimos 20 años, el Perú experimentó el periodo de crecimiento más rápido de su historia. Entre el 2000 y el 2019, nuestro PBI creció a un ritmo de 4,5% anual, el más alto de toda la región. Durante esos 19 años, la economía se expandió tanto como en los 36 años previos (1964-2000). Mientras que en el 2004 había nueve regiones con una tasa de pobreza superior al 70%, en el 2019 ninguna región tenía una tasa mayor a 40%.
Pero con la pandemia, la pobreza se incrementó. En ese sentido, el Instituto Peruano de Economía sostiene que impulsar la economía requerirá reactivar la inversión privada. Para ello, hace falta recuperar la confianza empresarial y reducir las trabas existentes que retrasan importantes proyectos de inversión. Tengamos en cuenta que, a la fecha, más de US$ 12.000 millones en inversiones de ocho proyectos mineros tienen al menos una década de retraso en el inicio de sus operaciones.
Por otro lado, el Estado debe esforzarse en proveer servicios básicos de calidad que permitan asegurar un nivel de vida adecuado para las familias. Cabe señalar que al 2021, solo el 51% de los hogares del área urbana y el 6% de los hogares rurales tenían acceso al paquete de cuatro servicios básicos: agua, desagüe, electricidad e internet. El Perú puede y debe acelerar su crecimiento para volver a reducir la pobreza.