Paola Bustamante Suárez I Directora de VIDENZA
La pandemia ocasionada por el COVID – 19 y ahora el fenómeno del niño global, siguen generando impacto negativo en la recuperación del tiempo perdido en la educación de nuestros niños y adolescentes.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que conforme se señala en el Informe sobre el Estado de la Alimentación Escolar en el mundo del año 2022, la crisis alimentaria mundial podría generar un retroceso enorme en la escolarización de los niños más pobres del mundo, lo que implica mantener el circulo de la pobreza y la malnutrición, ya que como todos sabemos, la educación es la mejor vía para salir de la pobreza y tener una mejor nutrición.
Es por ello que debemos tener en cuenta, el rol que cumplen los programas de alimentación escolar, ya que se cuenta con evidencia de que gracias a estos programas, las familias más pobres envían a sus hijos a la escuela, donde los niños reciben sus alimentos en el aula y con ello por lo menos se garantiza el consumo de una o dos comidas al día, eso genera mejores condiciones para atender y aprender.
En el caso peruano, tenemos al Programa de Alimentación Qali Warma, que fue creado en el año 2012 para brindar el servicio de alimentación escolar en las Instituciones Educativas Públicas a nivel nacional y con ello contribuir a la atención en el aula. Ya han pasado 10 años desde el inicio de su implementación y como informan sus autoridades tiene una cobertura de más de 4 millones de niños. Sin embargo es importante reflexionar sobre qué implica garantizar la alimentación escolar.
El objetivo de la alimentación escolar, es que los niños reciban los alimentos en la escuela y los consuman en la escuela, ya que debe ser un trabajo colaborativo con los Directores y Docentes, quienes garantizan que ese proceso de alimentación contribuya a dar a conocer la importancia de una alimentación saludable y buenas prácticas de higiene.
En estos días, se ha dado a conocer que el Programa Qali Warma, viene entregando canastas con los alimentos para que los padres los preparen en el hogar, si bien, esa fue una alternativa en época de pandemia, con el retorno a la presencialidad, se debe regresar al consumo de los alimentos en la escuela, garantizando con ello, que reciban sus desayunos y almuerzos, conforme al marco de acción del Programa y sobre todo que los consuman.