Por: Edith Bautista León
La expresión “hay una bala de plata” se refiere a una solución simple y eficaz a un problema complejo. La expresión se originó en el siglo XIX, cuando las balas de plata eran mucho más caras que las balas de plomo. Como resultado, las balas de plata se utilizaban a menudo como último recurso, cuando era necesario derribar a un enemigo de forma rápida y segura, debido a que las balas de plata eran más propensas a causar heridas fatales que las balas de plomo.
Hoy en día, la expresión “hay una bala de plata” se utiliza para referirse a cualquier solución que sea rápida, fácil y eficaz. Por ejemplo, podríamos decir que “hay una bala de plata para el cáncer” o “hay una bala de plata para combatir la anemia infantil”. Sin embargo, cuando los problemas son complejos no siempre existen soluciones únicas, pues los problemas más complejos requieren soluciones que sean integrales.
Por lo mismo, siendo la anemia infantil un problema multidimensional y complejo, no existen “balas de plata” para combatirla. En mis conversaciones con servidores públicos del nivel local, regional e incluso nacional he podido constatar que las golosinas fortificadas con hierro hemínico suelen ser vistas como balas de plata contra la anemia, así algunos gobiernos locales se han aventurado a promover el consumo de galletas, gomitas y chocolates fortificados, estos últimos hasta con dos octógonos que alertan su alto contenido en azúcar y grasas saturadas, por lo que su consumo frecuente podría provocar otros problemas de salud. Aquí 4 razones que cuestionan la pertinencia de las golosinas fortificadas como medida pública para combatir la anemia:
Eficacia: No hay evidencia científica que demuestre que los chocolates, gomitas o galletas con hierro sean eficaces para prevenir o tratar la anemia infantil, por el contrario, algunos estudios como el desarrollado por Jones et al. en 2019, titulado “Los efectos de los dulces fortificados con hierro, sobre el estado de hierro y los síntomas gastrointestinales de los niños”, publicado en la Journal of the American Medical Association, sugiere que estos productos pueden tener efectos secundarios negativos, como estreñimiento, diarrea y vómitos.
Seguridad: Los chocolates o galletas con hierro pueden contener altas cantidades de azúcar y grasa, lo que puede aumentar el riesgo de obesidad y otras enfermedades crónicas.
Costo: Los chocolates o galletas con hierro son costosos, lo que dificulta su acceso para las familias de bajos ingresos y cuestiona su costo-efectividad como medida pública.
Aceptabilidad: Algunos niños pueden no estar dispuestos a comer diariamente chocolates o galletas con hierro, lo que puede dificultar su consumo regular en las dosis necesarias para prevenir o tratar la anemia infantil.
Si bien los últimos gobiernos no han sostenido una estrategia de lucha contra la anemia, esta sigue siendo un problema de salud pública severo en el Perú, con una prevalencia en niños y niñas de 6 a 35 meses del 42,4% a nivel nacional y 50.7% a nivel de la región Ayacucho. La anemia sigue dejando consecuencias graves en la salud de nuestros niños, que van desde la fatiga, el deterioro cognitivo y aumento de la mortalidad, sin mencionar el impacto económico significativo, con un costo estimado de US$1,4 a 2,1 billones por año, lo que equivale al 2,3% del producto bruto mundial por año.
La anemia es un problema de salud pública en el Perú, que afecta principalmente a los niños y niñas. La anemia puede ser causada por múltiples factores, incluyendo la deficiencia de hierro, las enfermedades infecciosas, la pobreza, las condiciones de vivienda y saneamiento, las malas prácticas de higiene, y el escaso conocimiento y educación sobre la anemia (Balarajan Yarlini y otros 2011). Por tanto, es un imperativo impostergable que los tres niveles de gobierno retomen estrategias para prevenir y tratar la anemia infantil, mediante un conjunto de medidas integrales que combinen la educación, la disponibilidad de alimentos ricos en hierro y el cambio de comportamiento.
Entonces ¿Qué pueden hacer los Gobiernos Locales? Primeramente, reconocer su rol de liderazgo de un trabajo articulado que involucra a múltiples actores a partir de ello hacer una gestión territorial efectiva, que le permita:
Actualizar y fortalecer el Padrón Nominal, de manera que le permita conocer la población infantil de su distrito, su situación actual y articularla para que reciban las prestaciones que el Estado brinda para lograr su desarrollo, entre ellas; la nutrición materna de gestantes y madres, el cuidado del recién nacido, la suplementación, tamizaje y tratamiento de la anemia, la promoción de prácticas saludables, el control y tratamiento de infecciones agudas.
Promover la oferta, la comercialización y el consumo de alimentos ricos en hierro de origen animal, en la religión existen buenas prácticas como las “tienditas nutritivas” de expendio de sangrecita en Huamanguilla.
Asegura la disponibilidad de insumos y la cloración de los sistemas de agua rural, ver buena práctica de instalación de sistema de cloración a gas de Humanguilla que es más económico, al año representa un costo mucho menor respecto a la cloración por goteo.
Cumplir sus metas de Sello Municipal y Plan de Incentivos Municipales, especialmente aquellas metas orientadas al desarrollo infantil.
En definitiva, hay mucho por hacer, hagámoslo bien y con un abordaje integral, nuestros niños y niñas merecen un futuro mejor en igualdad de condiciones para aprovechar adecuadamente las oportunidades que se presenten en su entorno.
