POR MIGUEL A. FIGUEROA SOTO
La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti. E. Hemingway
La innecesaria muerte de los jóvenes y la justa indignación, refleja una descomunal ignorancia o es una nueva versión de desprecio social. Cuando en el contexto Peruano, las movilizaciones sociales han sido, por lo general, la única forma a través de la cual ciertos grupos tradicionalmente excluidos han conseguido reivindicar sus derechos o, al menos, han logrado que sus puntos de vista pasen a formar parte del debate público; destacando la especial protección que deben gozan determinadas expresiones o discursos en particular, por su importancia para el ejercicio de los demás derechos humanos y para la consolidación, funcionamiento y preservación de la democracia.
Existe un gran malestar por esta crisis en nuestro país, las marchas de repudio han tenido por igual réplica de diversos tipos que, además del espacio público, ocupan las redes sociales, los medios de comunicación, las escuelas, los espacios laborales e incluso los hogares.
La protesta es un derecho con múltiples características, vinculadas con otros derechos en formas multidimensionales. Por un lado, es un derecho que, en su ejercicio, busca la reivindicación de otros derechos. Su realización está profundamente vinculada a derechos;tales como, la libertad de asociación, de manifestación y de expresión.
Por último: ¿Si no es la Paz? ¿Qué es la guerra sino un pesar rotundo y una infamia desmedida? Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.E. Hemingway