En Ayacucho, la brecha de género continúa por encima del promedio nacional, reflejada en alarmantes indicadores de violencia y embarazo adolescente. “De cada 10 mujeres, 5 han sido violentadas en algún momento de sus vidas, ya sea de forma psicológica, física o sexual”, advirtió Janet Aronés Obregón, coordinadora regional del programa de sexualidad y autonomía física del Movimiento Manuela Ramos.
El caso más grave es el de las 24 niñas menores de 14 años que se convirtieron en madres en 2024, lo que evidencia que la violencia sexual contra menores persiste como una de las problemáticas más urgentes de la región.
A nivel regional, la situación también se expresa en la tasa de embarazo adolescente, que alcanzó el 9.4 % en 2025, limitando el futuro de muchas jóvenes. “El embarazo infantil es tortura y está considerado uno de los principales indicadores de la brecha de género”, resaltó Aronés.
Este panorama reduce las oportunidades de desarrollo de las adolescentes, afectando su salud, su proyecto de vida y su acceso al mercado laboral, perpetuando la pobreza estructural que aún golpea a las familias ayacuchanas.
Frente a este escenario, el Movimiento Manuela Ramos exhortó a las autoridades a reforzar sus políticas públicas para cerrar las brechas de género y proteger a niñas y adolescentes. “El año 2024 se registraron más de 300 casos de violencia sexual en la provincia de Huamanga, de los cuales el 94 % fueron contra niñas entre 0 y 17 años”, precisó Aronés.
La aplicación de la educación sexual integral en instituciones educativas es señalada como estrategia clave para transformar estereotipos, erradicar prejuicios y frenar la violencia que sigue marcando a la sociedad ayacuchana.