El VRAEM: el imperio de la miseria [Opinión]

Ni siquiera tienen la intención organizar una mesa de diálogo con las verdaderas autoridades comunales, menos encontrar soluciones concertadas.
vraem coca

POR ALEXI AVILEZ GUTIÉRREZ

Un gobierno debilitado, que está obligado a cumplir sus “compromisos internacionales” (de ellos, porque no son los nuestros) en metas referidas a la erradicación de la hoja sagrada. Un gobierno ilegítimo que convoca a un “Consejo de ministros”, en el VRAEM, que igual que los anteriores, solo servirá para que estos señores, sus asesores y sus cuerpos de seguridad se dediquen a hacer turismo en zonas que nunca les interesaron, más que para desatar la represión. En fin, un gobierno que deviene en ilegal, por la cantidad de promesas que hace, que no puede cumplir por una Constitución cada vez más cuestionada, viene a decir que se reunió con nosotros y que concertó un acuerdo con la población para erradicar quien sabe en cuantos miles de hectáreas, la divina coca.

Ni siquiera tienen la intención organizar una mesa de diálogo con las verdaderas autoridades comunales, menos encontrar soluciones concertadas, que solo pueden confluir en una industrialización acelerada de la coca, para aprovechar todo su potencial en la medicina, la alimentación e incluso en la producción textil. Todo será un tratar de imponer políticas pensadas y negociadas en Lima, que ya se las han dictado, vía DEA o embajada Norte Americana y donde los cocaleros brillan por su ausencia. Por ello, el interés de la población entre lo que haga o deje de hacer el gobierno, debe ser de una mayor alerta, ante la agresión que se cocina. Dirán que firmaron unas actas, con los empleados del gobierno o de DEVIDA, para acabar con nuestro cultivo paradigmático.

La historia de una zona marginada

El VRAEM no es solo ese feraz valle interandina en el que se articulan tres departamentos (mal llamados regiones), en dos de ellas: Ayacucho y Junín, es la zona de mayor dinamismo económico, no solo es el sustento de más de 400 mil personas que lo habitan; es también en área de proyección geopolítica que influye no solo en el Perú, también en Brasil, e indirectamente en Bolivia. Por eso el interés de instalar bases militares, de lucha contra el narcotráfico le llaman, en la zona, porque esa base no solo tendrá al VRAEM como zona de acción, también a Brasil, cuyas principales ciudades son equidistantes al valle.

Como toda proyección geopolítica, está definida por la historia y por una geografía que va más allá de los ríos que le dan nombre, sino de prácticamente todos los ríos amazónicos cuyos cursos medios atraviesan nuestras tierras. Estas vías fluviales, son las carreteras de la zona. Por ello, desde hace tres mil años, por lo menos ha tenido un impacto gravitante en el desarrollo de las culturas regionales andinas; además de ser el área de llegada de los pueblos de la gran migración asiática, que según dicen los científicos, pobló América.

Pero, no solo era un área de paso, entre los árboles que lo pueblan crecía silvestre nuestra hoja sagrada, que poco a poco fue domesticada y empleada por esos grupos poblacionales, como un primer valor de intercambio con los grupos culturales que poblaban el ande. Muy probablemente la esplendorosa ciudad de Wari, cuyos dominios abarcaban, a lo que parece, todo el centro y sur peruano; tuvo como origen la necesidad de controlar el comercio de la coca entre los pueblos andinos, como herramienta de poder. Por eso en la base misma de la identidad peruana está el cultivo sagrado, por eso es sagrado. En torno a ella se organizó la vida de los pueblos, tanto en el aspecto administrativo, como en el militar y, muy especialmente, en el cultural y religioso. Muestra de ello, son las imágenes en ceramios y textiles, que nos muestra a la hoja como centro de sus rituales religiosos y como medio de pago, desde esa época era fundamental para vivir en estos territorios.

Con la invasión europea, como parte de la imposición ideológica de sus dioses y tradiciones, la hoja sagrada es satanizada, perseguida por inquisidores y militares; aunque, contradictoriamente, la iglesia se apropió de los terrenos donde se cultivaba … para seguirla cultivando. Pues, al ser prohibida y su consumo penalizado por leyes venales, se convirtió en un excelente negocio. Increíblemente. Los curas, aprovechando su situación de privilegios, fueron los primeros narcotraficantes de la historia peruana y no lo hicieron aisladamente, sino institucionalmente, desde sus jerarquías más altas.

La república criolla, heredera no solo de los instrumentos legales, también de las formas y costumbres coloniales, mantuvo la persecución contra la hoja sagrada, aunque la iglesia seguía controlando los terrenos de cultivo y haciendo pingües negocios, a nombre de la Fe. Hasta mediados del siglo pasado, en que la gran ola migratoria los desplazó y el cultivo de la coca se democratizó, aunque estuviera perseguida.

La promesa de una producción desaprovechada por el Perú.

En los años sesenta del siglo pasado comenzó a plantearse el uso industrial de la hoja sagrada, se analizaron sus potencialidades y se verificó la alta rentabilidad que se obtendría. Convirtiéndose en la promesa de una vida mejor, para un campesino migrante que estaba entre los más pobres y marginados del planeta. Implementando una producción sostenible para garantizar sus ingresos, de sus hijos y nietos, generación tras generación de bienestar. Pero, pudieron más los intereses creados: el narcotráfico cuya sede no está precisamente en el VRAEM, sino en Lima y con mucha probabilidad en algún país extranjero. Los que aprovechando el poder político y económico de las mafias que operan en todo el mundo, impidieron cualquier acción legal de aprovechamiento de la hoja sagrada, prohibieron su cultivo y persiguieron hasta su uso cultural e identitario. Como señala Troyano y Restrepo (2018):

.. cuando el poder constituido, por definición transitorio, debe de prohibir a aquello que es permanente y podamos procesar nuestra principal producción, ofreciendo al mundo alimentos y fármacos saludables y eficaces contra casi todos los males que hoy afecta a la humanidad, acabando con la violencia irracional, por prohibir un producto, cuya necesidad para el mundo hace que se filtre por todos los resquicios que a la legalidad se le escapa. (p. 18)

En un reciente análisis de los contenidos de componentes alimenticios, hecho con mejores reactivos e instrumentos más evolucionados que los que tradicionalmente se citan cuando se habla de coca; la siguiente tabla ha sido tomada del libro “La industrialización de la hoja de coca, un camino de innovación, desarrollo y paz en Colombia” de Troyano y Restrepo (2018):

 A pesar de la riqueza nutritiva de la hoja de coca, su uso como alimento, más allá del “chaqcheo” está penado, lo que podría ser una amplia oferta de productos alimenticios elaborados, lo han reducido a “bolsitas filtrantes”, y la mínima cantidad que le venden a la Coca Cola, que por ser de USA, si puede producir bebidas, nosotros no, será porque somos peruanos.

Además, de que la coca en si misma es un magnífico alimento, los elementos que contiene son, por separado, son demandados por áreas industriales tan importantes como la farmacéutica y la de alimentos, como las ligninas, tan abundantes en la hoja de coca y tan demandada, ahora cuando los productos sacáridos son tan cuestionados. Se sistematiza y se produce industrialmente solamente en Asia, los únicos que cubren un mercado mundial creciente.

Historia de un desatino

Desde la década de 1950 el Estado peruano quiso poner fin a un negocio muy diversificado y lucrativo, realizado por los propios productores y que atendía a un mercado que se extiende por todo el Ande peruano. Así, en 1959 crea la Empresa Nacional de la Coca, ENACO, cuyo modelo de negocio, aprovechando la capacidad coercitiva del Estado, es la de pagarle precios miserables a los agricultores y venderla al mayor posible a los consumidores.

Pero esta empresa, solo compra la cantidad de coca que puede vender, dejando más del 90% liberado para los narcotraficantes, los que, al ser los únicos compradores posibles, adquieren un poder casi omnímodo en las zonas productoras; gracias a su socia estatal. Esta empresa, cuyo funcionamiento deviene en inconstitucional, según las leyes nacionales que declaran combatir a los monopolios, sin embargo, opera en todo el País como única proveedora de los mercados nacionales. Además, en 1978 el monopolio estatal cerró el padrón de productores y con una norma propia, impide que se habrá, condenando a los productores a caer en manos de los traficantes.

Como la ley no basta para que los productores le vendan solo a un monopolio estatal que, además, no tiene capacidad económica de adquirir toda la producción; el Estado genera organizaciones como DEVIDA para organizar a los productores y hacer que, mediante promesas, siempre incumplidas, abandonen su producción. No basta al Estado alianza con narcotraficantes, ahora se apoya en el terror que siembra las supervivencias del PCP SL, ahora sin ideología y solo tras del enriquecimiento fácil como guardaespaldas de los narcos y participando en la lucha entre las diferentes bandas por la supremacía en el tráfico ilegal, que ensangrienta al valle. Habiendo logrado que el precio de la arroba de coca descienda a 25 o 30 Soles, a favor de los traficantes; igualando los “logros” de la dictadura Fujimontesinista de fines del siglo pasado.

Para el que lo quiera ver….

Como siempre sucede, el problema y su solución residen en el mismo problema. El actual gobierno, que se dice al servicio del pueblo, plantea erradicar 18 mil hectáreas del cultivo sagrado durante el presente año, tal como lo afirma El Comercio en su edición del trece de marzo del presente año, indica DEVIDA en el mismo artículo que ya han destruido 131 mil Has., pero que los cultivos siguen aumentando.

En nuestro País con una visión tan represiva de un problema que no es tal, sino una potencialidad; la opinión del productor y de estudiosos del problema, es lo que menos importa, frente a la exigencia de convenios o acuerdos internacionales con países que les interesa que continúe el caos actual y se fortalezca el narco tráfico. En Colombia, país con una menor tradición cocalera que el Perú, el Estado organizó una encuesta, entre productores, para saber que se podía hacer legalmente con la coca, obteniendo los siguientes resultados:

Conclusiones (o soluciones)

El cuadro que antecede, es una prueba de que los productores saben que se puede hacer, la multitud de productos que señalan, no requieren de tecnologías complejas, son de producción primaria en muchos casos. 

Lo que requieren es promoción y protección a escala internacional; por ello, el papel del Estado es fundamental, pero desde una visión diferente; no le puede encargar a ENACO manejar ese tipo de producción, por más que su ley orgánica lo señale, han fracasado desde su creación y seguirán fracasando, por el manejo burocrático y corrupto que siempre la ha caracterizado. En contraposición, deberían ser los productores organizados los que administren su producción y los que se obtengan en pequeñas unidades industriales.

Sin embargo, existen cuatro proyectos de ley presentados por congresistas del partido de gobierno, entre ellos el de Bermejo, prácticamente al inicio del periodo, que están en espera de trámite, que a la oposición derechista no le interesa siquiera iniciar, tampoco a los que los presentaron, pues no exigen su atención. Al parecer, solo importaba para cumplir formalmente una promesa de campaña. Por otro lado, todas estas propuestas son copias de la Ley vigente en Bolivia, que, si ha sido exitosa, lo ha sido en la erradicación de los cultivos, con barniz de “plurinacionalidad”, que han hecho que los propios productores acepten sacrificarse.

Por la simpleza de la producción de los productos señalados, los productores podrían hacerla en sus propias unidades de producción; para ello requieren un fuerte apoyo del Estado, tanto legal como financiero; sobre todo, político. En el caso del VRAEM la primera medida y la más urgente es desactivar al Comando Político Militar, que impide que las autoridades civiles, elegidas por ese pueblo, puedan cumplir sus funciones, además de desviar las millonarias cantidades de dinero que eran, supuestamente, para el desarrollo del valle, hacia destinos que solo ellos conocen, protegiendo con ese manejo corrupto, el funcionamiento del narco tráfico.

Por la complejidad y la variedad de campos que participan en el desarrollo del VRAEM, lo que se requiere es una Ley Marco de Promoción del Campesino del VRAEM, que reconozca la importancia de las comunidades nativas y organizaciones de colonos, que den sostenibilidad a las actividades productivas de este nuevo valle, así como, a la sociedad más democrática, próspera y proactiva a la que dará origen.

Esta Ley hará innecesario al Comando Político Militar de la zona; por lo demás, institución cuya existencia es injustificable en un Estado Democrático; tampoco los 10 – 12  mil policías y soldados que actualmente operan en el Valle, tampoco habrá lugar para cualquier PC por más militarizado que sea, pues, los pobladores tendrán su destino en sus propias manos; este ahorra de varios miles de millones de soles, tendrán un factor multiplicador, pues permitirá que ese dinero se reinvierta en otras zonas del País, tan necesitada de servicios y promoción productiva como el VRAEM.

Referencia

Troyano, D. y Restrepo, D. (2018) La industrialización de la hoja de coca, un camino de innovación, desarrollo y paz en Colombia, Open Society Foundation. https://www.opensocietyfoundations.org/uploads/c5b0b8cf-0c94-4040-bb45-93535b685a9c/path-to-innovation-evelopment-and-peace-in-colombia-es-20180521.pdf 

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