“La presión tributaria es baja porque solo 14 de cada 100 peruanos pagan impuestos”, afirmó Richard Prado Ramos, contador público que propone una reforma tributaria estructural. Explicó que antes de la pandemia la informalidad bordeaba el 60 %, pero hoy supera el 74 %, afectando la recaudación y reduciendo los aportes al sistema.
“Es necesario ampliar la base tributaria sin aumentar impuestos”, remarcó, indicando que las pequeñas empresas necesitan facilidades para ingresar al circuito formal sin ser hostigadas desde el inicio.
Prado denunció que los emprendedores formales enfrentan múltiples exigencias y fiscalizaciones apenas inician operaciones.
“El informal trabaja sin licencia, sin Digesa ni Sunat; en cambio, al formal le cae todo el peso del Estado desde el primer día”, destacó. A ello se suma la excesiva fragmentación del sistema tributario, con más de cinco regímenes diferentes que generan confusión y burocracia innecesaria.
Según Prado, la solución debe partir de una simplificación profunda y progresiva del sistema fiscal. “No se trata de cobrar más, sino de facilitar que más peruanos tributen”, sostuvo.
También sugirió que los colegios profesionales promuevan una propuesta técnica y unificada de reforma que llegue al Congreso. Añadió que países como Suecia o Noruega operan con apenas dos tipos de impuestos, lo cual permite eficiencia, previsibilidad y menos corrupción tributaria.
