“Están usando agua entubada o de acequia que no protege su salud, más bien los expone a enfermedades como cólera, hepatitis o parásitos”, alertó Nancy Rojas Pillaca, jefa encargada del Departamento de Imagen y Educación Sanitaria de Seda Ayacucho. Indicó que más de 15 mil personas en sectores como Yanama, Santa Elena y otros conos periféricos consumen agua sin tratamiento. Recomendó como solución inmediata el uso de métodos caseros como la desinfección con lejía o el tratamiento solar (Sodis).
Este problema afecta especialmente a familias que no están conectadas a redes seguras de agua potable. Seda Ayacucho viene promoviendo campañas educativas para mitigar los riesgos. La situación compromete seriamente la salud pública en los barrios en expansión. Además, se expone a niños y adultos mayores a enfermedades gastrointestinales severas.

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Rojas explicó que la falta de planificación urbana ha generado un colapso en la infraestructura hídrica. “Un ejemplo claro es el proyecto Cabrapata-Cono Norte, que fue diseñado para 3,000 usuarios, pero ahora supera los 15,000 por el crecimiento desordenado”, señaló.
Advirtió que la planta de tratamiento en Yanama ya no abastece a la población actual, que triplica lo proyectado. Afirmó que esta brecha de acceso al agua potable se profundiza ante la ausencia de políticas públicas sostenidas. Exhortó a los gobiernos regionales y locales a formular proyectos integrales de agua y saneamiento.
Alertó sobre las conexiones clandestinas, que también perjudican la calidad del servicio. Explicó que se realizan hasta 40 intervenciones mensuales para cortar estos accesos ilegales.
“Muchas veces se aprovechan de obras municipales de pistas y veredas para conectarse ilegalmente”, denunció.
Estas acciones, dijo, constituyen un delito sancionado hasta con seis años de prisión. Además, señaló que estas prácticas empeoran el déficit del recurso para los usuarios formales.


